Soy hijo de un devorador de libros y una conversadora fabulosa. Viví una infancia de cuento, rodeado de historias, en Pamplona, con hermanos, primos y amigos fantásticos. Me gustaba escribir, pero decidí estudiar arquitectura y trabajar en cooperación lo que me llevó a conocer muchas realidades y lugares que aparecen en este libro. Actualmente vivo con mi adorada mujer, cuatro hijos maravillosos y un perro en Lima, Perú.
Siempre he soñado mucho. Al cumplir cuarenta años me desperté angustiado varias noches obsesionado por un precioso palacio de adobe con cúpulas, patios, jardines, murallas y pasadizos que se estaba desmoronando porque yo, su dueño, no lo cuidaba. Ni tenía un palacio así, ni podría reconstruirlo, pero sentía que había algo muy cierto en ese sueño. En una conversación casual, una amiga búlgara, Petya, me ayudó a descifrarlo. Ese palacio era lo que creaba en mi interior cuando escribía y claramente lo estaba echando de menos. Todo encajó. Desde entonces no he parado de reconstruir ese palacio y cada día lo disfruto más.